Imagina por un momento que todo lo que te rodea y ves estuviera en blanco y negro, como si de una película de las antiguas se tratara. Esa es la realidad de algunas personas que conviven con la acromatopsia, una de esas afecciones raras que es prácticamente desconocida y que desde la Fundación Salud Visual vamos a analizar.
La acromatopsia es una enfermedad congénita y no progresiva basada en una anomalía en la visión con la que solo se perciben los colores blanco, negro y gris. Esta distorsión se debe a una alteración en las células fotorreceptores de la retina sensibles al color, llamadas conos. Se trata de una afectación extrema del daltonismo, caracterizado este por la incapacidad de distinguir correctamente determinados colores, sobre todo matices del rojo y el verde.
La acromatopsia, también conocida como monocromatismo, afecta a una de cada 30.000 personas, lo que la convierte en una enfermedad extraña y, debido a que el gen que la ocasiona no está ligado al sexo, afecta a mujeres y hombres sin distinción.
Por otro lado, existe una forma de acromatopsia adquirida, que no está asociada a defectos genéticos y que se produce en cualquier momento de la vida, relacionada con la interrupción de las vías nerviosas, que se encargan de transmitir la información desde la retina al cerebro. Esta es causada por enfermedades o accidentes.
No obstante, el hecho de estar viendo la vida en blanco y negro no es el único síntoma, ya que habitualmente los pacientes pierden parte de su agudeza visual, efecto que se ve agravado cuando las condiciones lumínicas son más intensas, por lo que padecen también fotofobia, esto es, la intolerancia anormal a la luz por la molestia o dolor que produce.
¿Se puede diagnosticar la acromatopsia?
Como se ha escrito anteriormente, falta de agudeza visual y fotofobia son los síntomas que podrían dar pistas del sufrimiento de esta enfermedad. Sin embargo, no existe ningún tratamiento, siendo lo más común la prescripción de lentes tintadas, normalmente de colores oscuros y con filtros ultravioleta, o lentes correctoras en caso de pérdida de agudeza visual.
¿En qué se diferencia del daltonismo?
El daltonismo es la antesala de la acromatopsia y padecerlo no quiere decir que degenere en esta patología. Ocurre cuando hay un problema con los pigmentos en ciertas células nerviosas del ojo que se encargan de percibir el color (conos). Dependiendo de si falta un pigmento u otro, habrá dificultades para diferenciar entre las tonalidades de diferentes colores, entre ellos el azul y amarillo o el rojo y verde.
Además, otra de las diferencias con respecto al monocromatismo es que se trata de un trastorno hereditario que afecta con más frecuencia a los hombres que a las mujeres, así como un problema de la visión que padece un importante porcentaje de la población.