En verano, al igual que ocurre con cualquier época del año, la mayoría de las casas adaptan su dieta a las temperaturas. Dejamos atrás los cocidos y purés, dando paso a el gazpacho, las ensaladas y la fruta fresca, pero siempre manteniendo una idea clara: seguir una dieta sana y equilibrada.
Y es que, solo de esta forma, podremos aportarle a nuestro organismo los nutrientes necesarios para hacer frente al día a día. Llevar una alimentación adecuada no solo sirve para mantenernos en forma físicamente, sino que su importancia está presente en aspectos, para muchos, desconocidos, como es la salud visual.
Una dieta rica en vitaminas, elementos minerales y sustancias carotenoides y flavonoides protege, previene, repara, barre y limpia el sistema ocular favoreciendo su funcionamiento, además de retrasar su envejecimiento. De nosotros depende que lo que comemos repercuta positiva o negativamente en nuestra visión. Un abuso en el consumo de azúcares o grasas, podría derivar en afecciones como la diabetes y, en casos más extremos, ceguera.
Desde la Fundación Salud Visual queremos facilitarte una serie de alimentos que no pueden faltar en tu cesta de la compra si quieres mantener un estado de salud visual óptimo durante los días veraniegos.
Sandía
Además de ser una fruta de temporada, su alto contenido en agua (92%) y vitamina A favorece la hidratación corporal y ayuda a producir unos pigmentos muy importantes en la retina del ojo, creando una fuerte defensa contra la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
Verduras de hoja verde
Estas verduras, que están presentes durante todo el año, han demostrado tener un efecto protector frente al glaucoma, además de contener una gran cantidad de betacarotenos, indispensables para la formación de vitamina A. Espinacas, acelgas, puerros y alcachofas son solo algunas de las infinitas opciones que podemos encontrar en el mercado. Estos alimentos cuentan con altos índices de vitaminas, fibra y, por supuesto, hierro.
Naranjas y productos cítricos
Ya sea en forma de zumo o enteras, las frutas cítricas como la naranja, la piña o el melocotón tienen pigmentos naturales con alto poder antioxidante. Además, poseen una alta concentración de vitamina C, que mantiene los vasos sanguíneos sanos, al sintetizar las fibras de colágeno de los músculos de alrededor de nuestros ojos.
Frutos secos
Un puñado de frutos secos será suficiente para saciar nuestro apetito entre horas, además de suponer una opción ideal si queremos cuidar nuestro sistema ocular. Gracias a su rico contenido en Vitamina B y E, contribuyen a evitar el daño celular producido o el estrés oxidativo. A su vez, reduce las posibilidades de sufrir cataratas. Entre las principales opciones, destacamos los cacahuetes, ya que además son una buena fuente de omega 3.
Aguacate
Esta fruta es uno de los productos estrella de la dieta mediterránea. El consumo de aguacate beneficia a tus ojos, puesto que contiene luteína y zeaxantina, dos compuestos importantes para la salud visual.
En definitiva, una alimentación sana y equilibrada es clave para contar con una salud visual óptima. Sin embargo, el cuidado de nuestros ojos no debe reducirse únicamente a esto y es fundamental acompañar la dieta de visitas regulares al profesional óptico-optometrista incluso cuando no presentemos molestias.