El síndrome del ojo seco es un trastorno visual producido en la superficie de la córnea y la conjuntiva. Es originado, bien porque no somos capaces de producir una cantidad de lágrimas adecuadas o porque estas no contienen la calidad suficiente para mantener la vista hidratada y sana.
La sequedad ocular es más frecuente en mujeres que en hombres, sobre todo en aquellas que pasan la menopausia. También puede afectar a personas que vivan en grandes ciudades con niveles de contaminación atmosférica muy elevados o en zonas de mayor altitud. En términos nacionales, uno de cada diez españoles, mayores de 40 años, padece esta molestia.
La falta de lágrimas en los ojos es un problema porque es la encargada de nutrir, humidificar y lubricar la superficie del ojo. Algunos de los síntomas más comunes son:
• Sensación de quemazón
• Sensación de picor
• Enrojecimiento
• Sensación de arenilla
• Malestar al realizar tareas cotidianas (leer, conducir, fijar la vista en aparatos electrónicos)
• Es posible que haya casos que experimenten visión borrosa o excesiva sensibilidad a la luz
• Fatiga visual
• Ojos llorosos
• Inflamación y dolor
Causas
• La principal causa en una mala secreción debido a nuestra edad. Con el envejecimiento, es más difícil crear lágrimas de manera constante.
• Las mujeres pueden sufrirlo por cuestiones hormonales como son el embarazo, el consumo de anticonceptivos orales y la menopausia.
• El factor ambiental también es relevante porque puede secar el ojo: viento, aire acondicionado, calefacciones, etc.
• Por enfermedades sistémicas como pueden ser la artritis o lupus eritematoso.
• El uso de lentes de contacto.
• Por enfermedades cicatrizantes de la superficie ocular (conjuntivitis vírica severa).
Aunque no exista una cura definitiva, desde la Fundación Salud Visual os proponemos unos consejos con los que intentar disminuir los síntomas de la sequedad ocular:
• Es recomendable hidratar el sistema visual a través de lágrimas artificiales o gotas para aliviar la irritación o las molestias oculares.
• Debemos dejar que nuestros ojos descansen. Forzar la vista con actividades como pueden ser ver la televisión, chatear con el móvil o leer un libro son acciones que requieren de una alta intensidad. Se recomienda hacer pausas y pestañear con frecuencia con la que poder recuperar la humedad perdida.
• El uso de gafas puede protegernos de los factores medioambientales que afectan a la lubricación natural de nuestros ojos.
• Aplicar compresas calientes sobre nuestros ojos y limpiar de una manera suave y cuidada los párpados con jabones específicos que puedan eliminar el exceso de aceite que acumulan las glándulas de los párpados.
• Tener una dieta completa en la que se incluya alimentos ricos en Omega-3. Estos ácidos grasos los podemos encontrar en alimentos como el pescado azul (salmón, sardinas y anchoas) y en las semillas de lino.
La sequedad ocular es un trastorno permanente, saber estos consejos puede ayudarle a aliviar los síntomas. Si piensa que no puede controlar o bajar el dolor no dude en acudir a un especialista para dictaminar cual es el mejor tratamiento en cada caso.