Para muchos las gafas son aliadas indispensables en el día día, pues no solo permiten visualizar de forma correcta, sino que también facilitan un mayor confort para la vista y que esta se encuentre mucho más relajada.
La mayoría de ellas suelen ser ligera y cómodas, pero, a pesar de esto, cada vez son más los usuarios que han sustituido este complemento por otro tipo de lentes, como son las lentillas. En los últimos meses este público ha aumentado, ya que además de cumplir la misma función que las gafas, evitan el empañamiento tan molesto causado por la mascarilla.
Otra de las ventajas con las que cuenta es que, al utilizar lentes de contacto, el campo visual se amplía, ya que al situarse directamente sobre nuestro globo ocular evita la visión borrosa en las zonas donde no hay cristales. A todo esto, se le suma su bajo coste a la hora de tener que sustituirlas en caso de pérdida o daño, inferior al de adquirir unas nuevas gafas.
Por este motivo, desde la Fundación Salud Visual os facilitamos una guía completa para usar correctamente este producto sanitario.
1. La primera vez usas lentes de contacto puede ser algo molesto a la hora de colocarlas y retirarlas. No debes alarmarte si durante las primeras veces notas algún tipo de incomodidad, ya que esto le ha ocurrido incluso a la gente que lleva años usándolas.
2. La higiene es un elemento fundamental a la hora de colocar la lente. Tenemos que tener en cuenta que, cualquier cuerpo extraño que se encuentre en nuestras manos será propenso también a hacerlo en nuestros ojos. Por ello, antes que nada, debemos higienizarlas y secarlas completamente antes de manipular la lentilla.
3. Presta atención a la hora de colocártelas. Cada ojo suele tener una graduación diferente, por lo que es clave elegir la correcta.
4. Una vez hayas seguido estos pasos, saca con cuidado la lentilla de su caja y asegúrate que de que está del lado adecuado. A continuación, usa el dedo corazón para bajar el párpado inferior, y usa el índice para situarla en el globo ocular. Tras esto, dirige tu mirada hacia los lados y hacia arriba y abajo para permitir que la lente se coloque en su sitio.
5. Para retirarlas, el procedimiento es similar y mucho más fácil de lo que crees. Empuja con cuidado tu párpado inferior hacia abajo y desliza la lentilla hacia la parte blanca del ojo más cercana al párpado que estás aguantando. Para acabar tan solo realiza un movimiento de pinza con el pulgar y el dedo índice para retirarla.
6. Guarda las lentillas en su estuche con su correspondiente solución de mantenimiento. No te olvides que dicho líquido debe renovarse cada vez que se guardan, con el fin de mantener su buen estado.
7. Para finalizar, y si notas que durante el uso de la lentilla el ojo se encuentra más seco que de costumbre, puedes usar lágrimas artificiales bajo la prescripción de tu óptico-optometrista. Su uso mantendrá el ojo hidratado y facilitará en mayor medida seguir con el proceso.
En definitiva, las lentes de contacto pueden convertirse en el complemento perfecto si se utilizan de la forma correcta. No olvides seguir nuestros consejos y pide ayuda a tu óptico-optometrista de confianza en caso de que sea necesario.