La idea con la que se han desarrollado estas gafas inteligentes es que las personas con baja visión pueden tener mayor conciencia sobre su entorno, lo que les dará mayor libertad, independencia y, por tanto, mejor calidad de vida. Así lo han expuesto los investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido), creadores de dichas gafas.

Estas gafas están compuestas por una cámara de vídeo montada en el marco de las gafas, una unidad de procesamiento tan pequeño que cabe en un bolsillo, y un sofware que ofrece imágenes de objetos de cerca que permite distinguir bordillos, mobiliario y personas. 

Aunque las gafas no proporcionan la visión perdida, sí favorecen la percepción espacial.

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