A la larga lista de consecuencias asociadas a la pérdida auditiva, como son un mayor riesgo de demencia, accidentes, ingresos hospitalarios y, en general, peor calidad de vida, un trabajo realizado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins y el Instituto Nacional del Envejecimiento (EE.UU.) ha sumado una consecuencia más. Según los resultados de su trabajo, la pérdida de audición parece acelerar la reducción del tejido cerebral que se produce con la edad.

Este trabajo, publicado en la revista Neuroimage, se basa en datos del Estudio Longitudinal de Baltimore para observar los cambios cerebrales que se producen en el tiempo, al comparar los de adultos con audición normal y los que tienen problemas para oír. Para ello estudiaron a 126 personas, a las que se les sometió a resonancias magnéticas durante al menos 10 años, junto con otras pruebas médicas.

Al finalizar el proceso pudieron comprobar que las personas con problemas de audición perdieron más de un centímetro cúbico de tejido cerebral anualmente, en comparación con quienes presentaban una audición normal. Según los investigadores, esto se debe a que la corteza auditiva se empobrece debido a la falta de audición, lo que podría favorecer su atrofia. Asimismo han apuntado que algunas regiones también influyen en la memoria y la integración sensorial, por lo que la mencionada disminución podría a su vez relacionarse con las primeras etapas de deterioro cognitivo, o el Alzheimer.

Más información

Fundación salud visual es miembro de


Patronos Benefactores


La cookie 'Intranet' no existe o no es válida.