La creencia de que las lentillas se pueden perder en el ojo, junto a otras como pensar que las personas mayores o los niños no pueden llevarlas, son falsos mitos existentes en torno a las lentes de contacto que llevan a la población a evitar su uso.
Las lentes no se pueden perder en el ojo
Anatómicamente este hecho es algo totalmente imposible, ya que nuestros ojos cuentan con una fina membrana que los recubre y está anclada a la parte interior del párpado, por lo cual ningún objeto puede traspasarla.
Las pueden usar los ancianos y los niños
Las personas mayores y los niños son usuarios aptos para el uso de lentes de contacto, hoy en día existen lentes de contacto específicas para casi cualquier necesidad, multifocales, para présbitas, blandas, duras… el óptico optometrista ayudará a elegir las recomendables para cada persona. Además, la visión con las lentillas es mucho mejor, ya que el campo de visión es más amplio que con las gafas, que su montura limita la visión. Esta ventaja es muy buena para las personas mayores que necesitan ver perfectamente para evitar caídas, pero también para los niños, por ejemplo los deportistas, que necesitan que su campo de visión no se vea limitado y además evitar que se rompan las gafas con algún balonazo o caída, con el consiguiente riesgo de lesión que aparece si se rompen los cristales.
Las lentillas ni provocan dolor ni incomodan
Una creencia falsa es que las lentes de contacto molestan, resecan el ojo, pican, duelen… Siguiendo las instrucciones de uso que te dará el óptico-optometrista esto no tiene por qué pasar.
Como todo, un buen uso asegura unos buenos resultados. Además, en la actualidad existen lentes de contacto blandas que hidratan muy bien el ojo, con lo que se evita la sequedad y las molestias. ¡No notarás que las llevas puestas!
Es más fácil de lo que parece ponérselas
Muchas personas se niegan al uso de lentillas porque dicen no saber ponérselas. Esto es más una barrera psicológica que nos ponemos que una realidad. Ponerse una lente de contacto es tan fácil que hasta un niño puede hacerlo. Lo que pasa es que debemos perderle el miedo a las lentes de contacto. El hecho de que se metan en el ojo a muchas personas les da cierto reparo, pero verás como cuando te las pongas un par de veces habrás perdido este miedo y te darás cuenta de que es muchas más sencillo de lo que creías.
Su cuidado es muy fácil
Si quieres olvidarte de limpiar tus lentes puedes optar por las desechables diarias. Cada día usarás lentes nuevas y las tirarás al final de la jornada. Sin o usas este tipo de lentes limpiarlas y desinfectarlas resulta sencillo gracias a las soluciones específicas para lentes de contacto. Únicamente se trata de recordar cambiar el líquido del estuche y aclararlas antes y después de usarlas