El humor vítreo es básicamente una solución compuesta por un 99 por ciento de agua, pero también contiene otros componentes como sales, proteínas y un puñado de células que a veces pueden llegar a enturbiar la visión cuando se interponen con los rayos de luz. Cuando somos jóvenes, el humor vítreo presenta una consistencia gelatinosa, pero, a medida que pasa el tiempo, tiende a deteriorarse, volviéndose más acuoso. En ocasiones, algunas hebras de una proteína denominada colágeno acaban flotando en la zona central del vítreo, donde adoptan formas y tamaños diversos. De ahí esa apariencia de moscas flotantes. A medida que cumplimos años, por lo tanto, se incrementa la probabilidad de percibir miodesopsias.